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  • Foto del escritorMarta Martín

Motricidad gruesa

Actualizado: 30 ene 2021

El desarrollo del movimiento grueso en los seres humanos tiene que ver con los cambios de posición, los movimientos globales y la capacidad de mantener el equilibrio. Implica mover los músculos de forma coordinada, con la agilidad, fuerza y velocidad necesaria para cada actividad.

Entre los ejemplos que implican motricidad gruesa podemos encontrar: control de la cabeza, sentarse, girar sobre si mismo, gatear, mantenerse de pie, caminar, saltar, etc.


Existen dos leyes fisiológicas fundamentales para el correcto desarrollo de la motricidad gruesa:

- Cefalo-caudal (movimientos desde la cabeza hasta los pies).

- Próximo-distal (movimientos desde el eje central del cuerpo hacia las extremidades).


Esto supone que las bases del desarrollo motor se asientan sobre la motricidad gruesa para posteriormente, evolucionar hacia el desarrollo de la motricidad fina.


El desarrollo motriz puede verse alterado por diversas causas (enfermedad, retraso en el desarrollo, lesión o accidente, alteración neurológica, etc.).


El abordaje del terapeuta ocupacional viene marcado por los intereses personales de cada individuo, por lo que se fijarán las prioridades de la intervención y se marcarán los objetivos generales y específicos del plan de tratamiento de forma conjunta con él o ella. La familia y los cuidadores ejercen un papel colaborador muy importante durante todo el proceso.

Si la edad de los usuarios o su estado mental y/o cognitivo no nos permite sustentar la intervención bajo esta premisa el cuidador principal pasa a colaborar de forma activa con ambos (usuario y terapeuta).


Los ejercicios propuestos a continuación favorecen la estimulación de los movimientos gruesos. Pueden ser utilizados en el día a día de los más peques (a modo de juego) y también en la cotidianidad de los usuarios, pacientes o clientes de nuestras sesiones de terapia ocupacional.


1. Equilibrio

2. Construcciones

3. Circuitos

4. Lanzar y coger

5. Mímica



Equilibrio


Con cinta adhesiva dibujamos una línea recta o un óvalo en el suelo de la sala.

Antes de iniciar las sesiones podemos proponer la realización de este ejercicio a modo de calentamiento: caminamos sobre la línea, intentando no pisar fuera de ella.


Cuando el dominio de esta actividad sea visible podemos pedirle que camine como un trapecista sobre la cuerda (punta-talón) colocando las manos en cruz para favorecer el equilibrio.


Podemos añadir un objeto móvil (un cojín, un libro o peluche por ejemplo) sobre la cabeza del sujeto para continuar graduando la actividad aumentando el nivel de dificultad.


Utilizar diferentes materiales de psicomotricidad (pelotas y globos) y caminar sobre una base inestable (cojines, sacos de texturas, colchonetas, etc.) pueden aportar un matiz dinámico a los ejercicios propuestos. Así como crear circuitos con ladrillos, conos y picas para potenciar y estimular las reacciones de enderezamiento y equilibrio.





Construcciones


Apilar juguetes, encajar construcciones y crear torres con bloques de madera (entre otras muchas) son actividades que durante la primera etapa los peques de la casa no dejan de repetir pero, en la edad adulta, son también muchas las utilidades que le podemos dar a estas y otras actividades similares.


Algunos ejemplos útiles:


- Ensartar collares, pulseras o gomas elásticas en un soporte de papel de cocina.


- Apilar pelotas pequeñas, colocando como base entre las mismas trozos de rollo de papel higiénico reciclado que previamente hemos recortado.


- Apilar tuercas con la mano.


- Apilar tuercas con un palo de mikado.


- Colocar canicas en un soporte o panel hecho con pajitas.


- Torre de vasos de cartón y/o plástico.


- Etc.





Circuitos


A través de los circuitos de psicomotricidad favorecemos la exploración de la conducta motriz; esto es, explorar el propio cuerpo en ambientes controlados y seguros a través de actividades de forma secuencial, en estaciones de trabajo.


Algunos ejemplos:


- Seleccionar posiciones alrededor de la sala y colocar un ejercicio o actividad en cada una de ellas. Los participantes, en este caso, se colocarán en una ubicación y deberán permanecer en cada “posta” o posición durante un tiempo determinado para después rotar a la siguiente posición.


- Crear dos grupos de trabajo y simular una competición en la que ambos grupos tendrán que completar la totalidad del circuito en el menor tiempo posible.


- Elaborar un circuito con múltiples estaciones para que los participantes, uno a uno, roten por cada una de ellas. El resto del grupo, mientras tanto, espera su turno.


La variedad en las actividades dependerá de los recursos de cada centro. Podemos utilizar espalderas, mesas y sillas, conos, picas, ladrillos, gomas elásticas, colchonetas, paralelas, etc.





Lanzar y coger


Al proponer actividades y ejercicios englobados en el área de psicomotricidad favorecemos el desarrollo cognitivo general de los participantes, reforzando comportamientos cooperativos en sesiones grupales y estimulando capacidades cognitivas concretas (afianzar lateralizad y discriminar visualmente por ejemplo) en sesiones individuales y grupos reducidos.

Por encima de todo, se estimulan las habilidades de manipulación y movimiento grueso, así como el desarrollo de la coordinación óculto-manual.

Entregamos una pelota a cada participante y proponemos:


- Lanzar la pelota al aire y recoger con una mano, dos manos...


- Lanzar la pelota al aire y dar un palmada antes de recoger.


- Lanzar la pelota contra la pared y recogerla con un bote, dos, tres...


- Lanzar la pelota contra la pared y recogerla sin bote.


- Lanzar la pelota contra la pared y recogerla con la misma mano con la que lanzamos.


- Lanzar la pelota contra la pared y recogerla con la mano contraria.


- Lanzar la pelota y que la recoja un compañero.


- Etc.


Podemos realizar estos ejercicios desde una posición de sedestación si fuese necesario.



Entregamos un globo a cada participante y proponemos:


- Golpear el globo con una mano a medida que nos desplazamos en línea recta.


- Golpear el globo con una mano a medida que sorteamos un zic-zac, un obstáculo o caminamos sobre una base inestable (colchoneta).


- Lanzar el globo contra la pared y recoger.


- Lanzar el globo y que lo recoja un compañero con un solo toque, con dos toque, con tres toques...


- Golpear (de forma constante) el globo contra la pared con una mano desde corta distancia.


- Etc.


Estos ejercicios pueden ser combinados con ordenes verbales que favorezcan la estimulación cognitiva de los participantes:


- Sumar de dos en dos, tres en tres...


- Restar de dos en dos, tres en tres...


- Nombrar a miembros de su familia o compañeros de grupo.


- Enumerar países, provincias, colores, verduras...


- Enumerar palabras que tengan cuatro letras, cinco letras, seis letras...


- Etc.





Mímica


Utilizar gestos para representar situaciones es una habilidad compleja que requiere la concurrencia de aspectos tanto físicos como cognitivos.

La mímica, ademas de transmitir información, sentimientos y emociones a través de los gestos y de la utilización de la expresión no verbal, busca promover la simetría corporal convirtiéndose en una actividad enormemente beneficiosa a nivel psicológico y funcional.


Puedes realizar actividades y dinámicas en las que los participantes deben realizar mediante gestos una actividad cotidiana (por ejemplo lavarse los dientes) y el terapeuta y los compañeros deben adivinar qué actividad está realizando así como descifrar todos y cada uno de los pasos que ha seguido el “mimo” para llevar a buen término dicha actividad.


Otros ejercicios que pueden resultar interesantes son el juego de las películas y dibujar letras, palabras y números en el aire.





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